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¿Quién no ha tenido ese rincón en la cocina que no sabe si limpiar, decorar o simplemente ignorar? Justo ahí, encima de los armarios, donde se acumula polvo y cosas que ni recuerdas haber guardado.

Ese hueco, en realidad, tiene más potencial de lo que parece. Porque cuando llevas los muebles hasta el techo, no solo sumas almacenamiento: también ganas orden visual, limpieza y una sensación de continuidad que lo cambia todo.

El aprovechamiento vertical en cocinas contemporáneas

Durante años, lo más habitual era dejar un hueco entre los armarios superiores y el techo. Quizá por costumbre, quizá porque nadie pensaba en otra alternativa.

A veces se decoraba con plantas o cestas, otras simplemente se ignoraba. Pero hoy eso ha cambiado. Cada centímetro cuenta, y lo vertical ha pasado de ser un espacio muerto a convertirse en un recurso de diseño inteligente.

Al llevar los muebles hasta el techo, no solo se gana almacenaje. Se crea una línea visual limpia, continua, que da orden y hace que la cocina parezca más alta, más estilizada.

Y no, no hace falta tener una cocina enorme para dar ese paso. De hecho, si tu cocina es pequeña, probablemente te venga aún mejor.

Muebles altos integrados

 

¿Qué ventajas tienen los muebles altos hasta el techo?

Más almacenamiento del que imaginas

En una cocina con armarios hasta el techo entran más cosas. Eso está claro. Y, es que, los muebles altos multiplican la capacidad de almacenaje sin necesidad de ocupar más superficie en planta.

Son ideales para guardar menaje de uso ocasional, pequeños electrodomésticos o productos de despensa que no necesitas a diario.

Además, al tener ese espacio extra, puedes liberar las zonas más accesibles para lo realmente cotidiano, manteniendo todo más despejado.

Una cocina más ordenada, sin esfuerzo

Cuando eliminas el hueco entre el armario y el techo, todo se ve mucho más limpio. No solo físicamente (adiós polvo acumulado), sino también a nivel visual, ya que no hay tantos cortes en los muebles. Y si encima eliges acabados lisos y tiradores integrados, la sensación de ligereza se multiplica.

Por otro lado, si cada objeto tiene su sitio de almacenaje asignado (es decir, si tienes claro qué va en la parte más alta y qué en la parte más baja), costará mucho menos tener ordenada la cocina.

Más estilo, sin complicaciones

A veces, los cambios que mejoran notablemente un espacio no son los más complejos, sino los más coherentes. Los muebles hasta el techo tienen ese efecto: hacen que todo encaje.

Al integrarse por completo en la arquitectura de la cocina, ofrecen una imagen más pulida, bien pensada, y con un acabado profesional.

Cosas prácticas que conviene saber

¿Cuál es la altura adecuada?

Dependerá del techo que tengas. En la mayoría de hogares, los muebles pueden llegar hasta los 230 o 240 cm sin problema. A partir de ahí, puedes añadir un altillo o un módulo adicional si el techo lo permite. También puedes apilar dos armarios: uno más bajo y otro tipo puente o auxiliar.

Combinación muebles altos

¿Y cómo se llega a lo de arriba?

La zona alta está pensada para cosas que usas poco, por lo que no necesitas acceder a ella a diario. Aun así, tener a mano un pequeño taburete plegable o una escalerita puede ayudarte.

Si quieres ir un paso más allá, existen mecanismos interiores abatibles que bajan la balda con un simple tirón. Cómodos y, la verdad, muy prácticos.

¿Qué pasa con la ventilación?

Nada, si está bien diseñado. Los muebles hasta el techo no interfieren con el sistema de extracción siempre que se respeten las distancias y se integre bien la campana. Se puede dejar un hueco técnico detrás, cubrir el conducto con un frente a juego o diseñar un módulo que lo oculte sin entorpecer el funcionamiento.

¿Cómo se integran en el diseño de la cocina?

No es difícil, únicamente hay que tener en cuenta lo siguiente:

Combínalos con el resto del mobiliario

No hace falta que todos los muebles sean altos para que el conjunto funcione. Puedes reservar una zona para los armarios hasta el techo (por ejemplo, la pared de columnas) y combinarlo con otros módulos más ligeros: estantes abiertos, vitrinas o simplemente una zona sin muebles altos para ganar aire.

Muebles con contraste de alturas

Colores y acabados que funcionan

Si te preocupa que tanto armario resulte pesado, apuesta por colores suaves. El blanco, el gris perla, los tonos piedra o la madera clara ayudan a aligerar visualmente y a ampliar el espacio.

Los acabados mate son cada vez más populares porque se ven limpios, son agradables al tacto y no reflejan tanto la luz como los brillantes. Pero si tu cocina tiene buena iluminación natural, también puedes jugar con superficies más reflectantes para potenciarla.

Y si lo que buscas es un diseño con personalidad, atrévete a contrastar: muebles altos claros y muebles bajos en tono oscuro, o viceversa.

¿En qué cocinas funcionan especialmente bien?

Pues fundamentalmente en estos tres tipos de cocinas:

Cocinas pequeñas

Es donde más sentido tiene esta solución. Aprovechar la vertical te permite liberar superficie útil y mantener todo en su sitio. Además, al eliminar el hueco sobre los muebles, la cocina parece más alta y menos saturada.

Cocina pequeña con muebles altos

Cocinas abiertas al salón

Cuando la cocina se integra en el mismo espacio que el comedor o el salón, tener los armarios bien cerrados y organizados ayuda muchísimo. Todo queda más limpio visualmente y la transición entre ambientes es más natural. Los muebles hasta el techo refuerzan esa sensación de orden.

Techos altos

Si tienes la suerte de tener techos generosos, no los desaproveches. En lugar de dejar un vacío incómodo sobre los muebles, puedes llenar esa altura de forma equilibrada. Ganas almacenamiento y el diseño se ve más proporcionado.

¿Quieres verlo aplicado a tu cocina? Acércate por nuestro estudio en Málaga y nos pondremos manos a la obra con el diseño. ¡Estamos seguros de que te encantará!

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