Elegir encimera no es como comprar un electrodoméstico. No es algo que vayas a cambiar dentro de un par de años. Es una decisión que se queda contigo. Una inversión a largo plazo que vas a ver, tocar y usar cada día. Y aunque en el momento de elegir todo parece girar en torno al diseño y al presupuesto, lo que de verdad marcará la diferencia con el tiempo es cómo se comporta ese material bajo presión: cuando hay calor, manchas, prisas, golpes o limpieza diaria.
Por eso, comparar Silestone y porcelánico va más allá de elegir un color o una textura. Son dos materiales que se parecen en apariencia, pero que responden de manera muy distinta a las exigencias de una cocina real. Si estás buscando una nueva cocina en Málaga este artículo te servirá, te contamos todo lo que necesitas saber sobre ellos.
Contenido del artículo
Empecemos por el principio: ¿qué son el Silestone y el porcelánico?
Aunque puedan parecer lo mismo a simple vista, no lo son.
Silestone es un material compuesto, hecho principalmente de cuarzo natural y resinas. Es muy resistente, tiene una textura suave y ofrece un montón de opciones de color y acabado. Es uno de los materiales más utilizados en nuestras encimeras de cocina en Málaga desde hace años.
El porcelánico, en cambio, es una superficie cerámica ultraresistente. Se fabrica a partir de minerales y se cuece a altísimas temperaturas. ¿El resultado? Un material durísimo, que no se raya, no se quema y resiste prácticamente todo. Es más reciente que el Silestone en el mundo de las cocinas, pero cada vez tiene más presencia.
¿Y en el día a día? ¿Cómo se comporta cada uno?
Es decir, ¿cuál aguanta mejor lo que pasa en una cocina real? ¿el silestone o el porcelánico? Aquí tienes las diferencias más importantes.
Resistencia al calor
En esto, el porcelánico gana con claridad. Puedes apoyar una sartén caliente o una olla recién salida del fuego sin problema. Ni se marca ni se quema.
Con el Silestone hay que tener más cuidado. Si colocas algo muy caliente directamente sobre la encimera, puedes dejar una mancha permanente. Las resinas que lleva en su composición no toleran bien las altas temperaturas.
Rayaduras y cortes
Silestone es bastante resistente, pero si cortas directamente sobre él todos los días, al final se nota. Lo mejor es usar siempre una tabla de cortar.
El porcelánico, en cambio, es mucho más duro. Cuesta mucho rayarlo, incluso con cuchillos o utensilios afilados. Aun así, para no dañar ni la encimera ni los cuchillos, lo ideal sigue siendo usar tabla.
Golpes
Aquí se invierten los papeles. El Silestone, al tener una estructura más elástica, soporta mejor los golpes. Si se te cae algo pesado, tiene más margen de aguante.
El porcelánico es durísimo, pero precisamente por eso, también es más frágil en los bordes. Un golpe seco en una esquina puede astillarlo. Nada habitual, pero puede pasar.
Limpieza y mantenimiento
Ambos materiales son muy fáciles de limpiar. Un paño húmedo con jabón neutro y listo. No son porosos, así que no absorben manchas ni líquidos. Y tampoco generan bacterias.
La única diferencia está en los productos agresivos. El porcelánico los aguanta sin problema. En el Silestone, si usas productos muy fuertes con frecuencia, puedes acabar perdiendo el brillo o dañando el acabado.
¿Y en cuestión de estilo?
Aquí ya entra el gusto personal. El Silestone, por ejemplo, ofrece muchísima variedad. Colores lisos, con brillo, mates, veteados, tipo mármol, acabados rugosos, suaves… Si buscas un color específico o quieres algo que combine con un diseño muy concreto, seguramente lo encuentres en Silestone.
El porcelánico, en cambio, tiene una estética más natural y sobria. Imita muy bien materiales como el mármol, la piedra, el cemento o incluso la madera. Queda genial en cocinas modernas, abiertas al salón o de estilo minimalista. Y tiene un aire elegante que le da mucha personalidad al espacio.
También es importante tener en cuenta el formato. El porcelánico se fabrica en placas más grandes, lo que permite instalar encimeras sin apenas juntas, algo que muchos valoran en diseños más limpios y continuos.
Vamos al tema sensible: el precio
En esto sí que hay una diferencia clara.
Silestone suele ser más económico. Sus modelos básicos o de gama media tienen una excelente relación calidad-precio. Es una opción muy buena si buscas algo resistente, bonito y funcional sin gastar demasiado.
El porcelánico es más caro. Tanto el material como la instalación requieren más precisión y trabajo. Pero también ofrece una resistencia superior en algunos aspectos y un diseño más sofisticado. Si buscas algo duradero y muy premium, la inversión puede valer la pena.
En cualquier caso, en EVACOCINA trabajamos con distintas gamas de ambos materiales, así que te ayudamos a encontrar el equilibrio perfecto entre lo que necesitas y lo que quieres gastar.
¿Y cuál es mejor para ti? Silestone o porcelánico
Te damos algunos escenarios típicos para que puedas verte reflejado:
Cocinas familiares o de mucho uso
Silestone puede ser la opción más práctica. Soporta bien el ritmo del día a día, es fácil de limpiar y tiene un buen precio. Si hay niños en casa o la cocina se usa para todo, es una apuesta segura.
Cocinas para amantes de la cocina
Si te pasas el día cocinando, usas fuego, horno, utensilios metálicos y no quieres estar pendiente de cada cosa que apoyas, el porcelánico es lo tuyo. Aguanta el calor, los cortes y casi cualquier uso sin inmutarse.
Cocinas abiertas al salón
En estos casos cobra más importancia la estética y el diseño. Si tu cocina está a la vista desde el salón o el comedor, el porcelánico ayuda a crear un espacio más elegante y uniforme, sin interrupciones visuales. Además, sus acabados naturales encajan de maravilla en ambientes modernos.
No obstante, si buscas un color específico, lo más probable es que lo encuentres más fácilmente en Silestone.
Reformas con presupuesto ajustado
Si estás reformando la cocina con una inversión controlada pero no quieres renunciar a la calidad, el Silestone es ideal. Tendrás una encimera duradera, bonita y funcional sin disparar el coste.
Nuestra opinión: lo que recomendamos en EVACOCINA
Lo hemos dicho antes y lo repetimos: no hay una opción “mejor” en general. Hay una opción mejor para ti, según cómo uses la cocina, el estilo que buscas y el presupuesto que manejas.
Silestone es muy versátil. Tiene una gama enorme de diseños, un buen precio y un mantenimiento sencillo. Es la opción preferida para la mayoría de cocinas familiares o de uso normal.
El porcelánico destaca por su resistencia, su estética cuidada y su durabilidad a largo plazo. Es más exigente en la instalación, pero también más resistente al uso intensivo.
En nuestro showroom, los clientes pueden tocar ambos materiales y verlos en distintos estilos de cocina, lo que a menudo les ayuda a tomar una mejor decisión. Por eso, siempre recomendamos verlos en persona antes de elegir. Si necesitas asesoramiento, llámanos o pide cita previa para que podamos dedicarte el tiempo y la atención que mereces. ¡Estaremos encantados de ayudarte!