¿Guardas el jamón en el frigorífico?, ¿los huevos?, ¿los tomates?, ¿y los aguacates? Quizás no sepas qué alimentos se pueden o no conservar en el frigorífico, por ello hemos querido elaborar este artículo para explicarte cuáles puedes dejar fuera y el por qué.
Esperamos que este artículo te sea de interés y te ayude a guardar de manera adecuada y óptima todos tus alimentos. 😉
Contenido del artículo
Jamón serrano y otros embutidos
El jamón serrano, así como otros embutidos como el salchichón o el chorizo, no precisan de conservarse en un frigorífico, ni en el caso de que lo hayas comenzado. Esto se debe a que estos productos están curados. Además, si los introduces en el frigorífico, perderán sabor y aroma, ya que se impregnan fácilmente de otros.
La única circunstancia en la que deberías conservar estos alimentos en el frigorífico es cuando haga un calor excesivo o porque se estén poniendo duros rápidamente. Aumentarás su vida útil a costa de sacrificar sabor. ¡Tú decides!
Pan
El pan jamás debe introducirse en la nevera, pues afecta a su sabor y a su composición. La mejor manera de conservar el pan es mantenerlo en un lugar fresco y seco.
En caso de que no vayas a consumir todo el pan que hayas comprado, puedes guardarlo en el congelador. De esta manera aguanta hasta 3 meses.
Ajos y cebollas
Seguramente, en algún momento de tu vida, habrás visto en cocinas de toda España una trenza de ajos o de cebollas. Esto se debe a que es el mejor método para conservarlos. De hecho, con este método, los ajos pueden durar casi un año.
Conservar ajos y cebollas en el frigorífico hará que se endurezcan muy rápido y que pierdan sus propiedades.
Miel
Si introduces miel en la nevera se cristalizará y espesará con rapidez, dificultando su uso y consumo. Al tratarse de un producto natural, con una serie de características muy concretas, aguantará muchísimo tiempo en la despensa.
Es muy probable que, si compraste un bote de miel hace varios años, aún puedas consumirlo y mantendrá el mismo sabor y textura, siempre y cuando no lo hayas guardado en el frigorífico.
Patatas
Las patatas no necesitan frío para conservarse, ya que este provoca que se altere tanto su textura como su sabor. Por otra parte, tampoco debes guardarlas en bolsas de plástico.
La mejor manera de conservar las patatas es en la despensa, concretamente en una bolsa de papel, la cual se encargará de atrapar la humedad.
Y una última cosa, ¡nunca las guardes al lado de las cebollas! Si se guardan juntas, las patatas durarán menos por la emisión de etileno de las cebollas.
En este vídeo de RTVE te lo explican a la perfección:
Tomates
Conservar un tomate a temperatura ambiente permite que complete su proceso de maduración, mientras que si lo conservas en el frigorífico se corta este proceso. Al no completar el proceso de maduración, los tomates se ponen blandos y pierden su sabor.
Especias
Las especias pasan por un proceso de secado, por lo que para una conservación óptima deben ubicarse en estancias secas, a temperatura ambiente y oscuras, alejadas de la humedad, la cual afecta a sus propiedades.
Queso curado
El queso curado no debe conservarse en el frigorífico. Esto se debe a que el frío los agrieta, reseca y hace que pierdan parte de su espléndido sabor.
En el caso de que necesites conservarlo por poco tiempo en el frigorífico, te recomendamos que lo coloques en la parte central, ya que es la menos fría.
Plátanos y otras frutas tropicales
Como todas las frutas y alimentos de origen tropical, como el mango, no es conveniente conservar el plátano en el frigorífico. Todos los expertos coinciden en que los plátanos deben conservarse a temperatura ambiente. Las frutas tropicales están preparadas para aguantar en entornos cálidos.
Recuerda que cuando el plátano se pone negro no significa que se haya puesto malo, sino que están maduros. Ese cambio de color se debe a la oxidación del almidón, que se convierte en azúcar.
Aguacates aún sin madurar
Hasta que no completen su proceso de maduración, los aguacates no deben conservarse en el frigorífico. En cuanto lo hayan completado, sí que se pueden conservar, ya que el frío ayudará a conservarlos en ese estado durante una semana aproximadamente.
Chocolate
Aunque la mayoría de los que vivimos en zonas cálidas como Málaga optamos por conservar el chocolate en el frigorífico, esta no es una buena idea, especialmente si lo mantenemos durante varios días.
Al mantener el chocolate sometido a bajas temperaturas durante mucho tiempo, se forma una capa blanca en su superficie, la cual afecta a su sabor.
Mangos
Los mangos siempre deben conservarse a temperatura ambiente. Esto se debe a que el frío frena su proceso de maduración, al igual que les ocurre a los plátanos.
Huevos
A pesar de que en los propios frigoríficos incorporan un espacio específico para los huevos (normalmente en una de las puertas), este no es el mejor lugar para conservarlos.
La mejor manera de guardar los huevos es mantenerlos en un lugar con temperatura estable, que no cambie cuando abras y cierres la puerta, como ocurre en el frigorífico.
Por ello, se recomienda conservar los huevos en un armario fresco. O si deseas guardarlos sí o sí en la nevera, hazlo en una de las baldas intermedias y al fondo, ya que es una de las zonas en las que menos oscila la temperatura cuando se abre y cierra.
Aceites
Nunca debes conservar un aceite en la nevera porque se volverán turbios. Siempre deben conservarse en la despensa o en un armario de la cocina.
El frío no le conviene a todos los alimentos
Como hemos expuesto en este artículo, el frío no es adecuado ni recomendable para todos los alimentos, por lo que debes seleccionar cuáles guardar en el frigorífico y cuáles no. De esta manera optimizarás la vida útil de tus alimentos, reduciendo el desperdicio de los mismos y maximizando su sabor.